miércoles, 29 de febrero de 2012

CALLE, CULTURA, CONVIVENCIA – multiculturalismo en la arquitectura de Zaragoza

    Sin duda alguna Zaragoza es conocida como la “Ciudad de las Cuatro Culturas”. Íberos, romanos, musulmanes, judíos y cristianos han dejado huella de su paso por la capital, haciéndola merecedora del nombre mencionado. La ciudad ofrece a sus visitantes un rico patrimonio histórico-artístico, fruto de sus más de dos mil años de historia. Si miramos el paisaje de Zaragoza, fácilmente podremos notar la influencia de otras culturas.

 Palacio de la Aljafería 
    La construcción de este palacio data del s.XI, durante el reinado del segundo monarca de la dinastía de los Banu Hud, Abú  Yafar Ahmad ibn Sulayman. Este conjunto arquitectónico se distingue por la delicada belleza ornamental y los logros formales. Es un arte impregnado de cierto aire teatral, en el que importa más la apariencia y el impacto visual que su propia realidad matérial y constructiva.
Se utilizaron en todo el palacio elementos formales de gran interés artístico, como:
columnas de basa ática, fuste liso con bocel y nacela, y capiteles de orden corintio y compuesto, siendo estos últimos esculpidos prácticamente en su totalidad en alabastro. Se pueden distinguir también dos series, una de decoración de ataurique y la segunda mucho más austera.
Los arcos recurren al clásico modelo de herradura, también conviven arcos polilobulados y de trazado mixtilíneo, que se consolidaron de manera formal en la Aljafería.

Este palacio fue declarado monumento nacional mediante un decreto del año 1931 y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Fue objeto de varias reformas para mantener su estructura y belleza y en la actualidad representa una de las más importantes joyas del arte hispano-musulmán.

Catedral-Basílica de Nuestra Señora del Pilar
    La Basílica del Pilar es uno de los santuarios marianos más importante del mundo católico, al que llegan anualmente miles de peregrinos. Es también un centro artístico de primer orden que reúne obras de gran valor y de diferentes épocas, especialmente los frescos pintados por Goya.
La construcción de la actual Basílica del Pilar está íntimamente ligada al aumento de la devoción mariana a lo largo del siglo XVII. El anterior edificio gótico-mudéjar se queda pequeño ante el creciente número de fieles y se hace necesario levantar un nuevo templo grandioso y monumental, más acorde con el nuevo espíritu triunfante de la Iglesia de la Contrarreforma y con la recién adquirida categoría de catedral.
La fisonomía actual del Pilar es el resultado de un largo proceso constructivo que se inicia con el proyecto del zaragozano Felipe Sánchez, revisado posteriormente por Herrera el Mozo, arquitecto de Carlos II. La intervención del arquitecto real Ventura Rodríguez a partir de 1750 fue decisiva: renueva la decoración interior según las nuevas corrientes clasicistas de la época y diseña la Santa Capilla, y remodela el trazado exterior con cúpulas añadidas a la central -que en un principio se había pensado que iba a ser la única- y torres que no se terminarían hasta mediados del siglo XX.


Iglesia de San Gil Abad
    Iglesia mudéjar del siglo XIV. Esta iglesia fue edificada sobre los restos de otras precedentes que podrían datar del siglo IV. Cabe añadir que experimentó una reforma barroca en el siglo XVII. No obstante, ha conservado la torre-contrafuerte cuadrada mudéjar de ladrillo visto resaltado con dibujos de rombos y arcos entrecruzados. La planta sigue respondiendo al tipo gótico-mudéjar de iglesia de una nave con capillas entre los contrafuertes.
La reforma barroca dio un aspecto distinto al interior, y la reorientación de la iglesia situó la portada en el antiguo ábside poligonal. La portada barroca enmarca una puerta en arco de medio punto a cuyos lados se hallan pilastras. La nave medieval de bóveda de crucería y tres tramos fue cubierta al realizar una de medio cañón con lunetos. En 1967 fue reconocida como monumento nacional.


Dentro de poco habrá una entrevista con Silvia López García sobre Zaragoza.
¡No la podéis perder!

¡HASTA LUEGO!



miércoles, 15 de febrero de 2012

El viaje a RONDA


       Ronda es una pequeña ciudad de Andalucía situada en la provincia de Málaga. Los lugares más emblemáticos de esta ciudad son: el Puente Nuevo (situado sobre la Garganta del Tajo), el Puente Viejo y el Puente árabe. Junto a todo eso podemos visitar las “casas colgadas”, que es la principal atracción turística de la ciudad. También podemos encontrar otros puntos de interés, como el laminar de San Sebastián,  las iglesias (convento de la Merced y de Santa María), los baños árabes y otros monumentos por mencionar.
    Las influencias culturales de Ronda son muchas y estas se observan tanto en el paisaje como en la arquitectura. Se puede ver la influencia de diferentes civilizaciones antiguas, tales como los celtas, los romanos y los árabes, que habitaron en toda la región y especialmente en los famosos “Pueblos Blancos”. Desde el pueblo meseta de Ronda, se pueden ver algunos de los mejores ejemplos arquitectónicos, y sobre todo disfrutar de unas vistas impresionantes.

      El año pasado tuvimos la oportunidad de ver esta magnífica ciudad. Estuvimos en Málaga en un curso de español de nuestro instituto y nos preguntamos: ¿Por qué no visitar Ronda? Y así hicimos :) Tuvimos un día libre, preparamos todo y fuimos a pasar medio día allí. Después de dos horas de viaje, compramos un mapa y nos dirigimos hacia el casco antiguo, el cual se situaba cerca de la estación. Según nos acercábamos al centro pudimos disfrutar de los monumentos mencionados anteriormente: El Puente Nuevo, Viejo y las casas colgadas en las grandes rocas. Es algo magnífico. Sacamos fotos, entramos al Puente, y leímos la historia de la construcción para saber un poquito más sobre la historia de la ciudad. Mientras paseábamos pudimos ver el laminar de San Sebastián, que es una pequeña torre que formaba parte de una de las mezquitas de Ronda; la iglesia Convento de la Merced  y la iglesia de Santa María. Un poco más tarde, fatigados por las visitas, paramos en un parque y nos comimos unos bocadillos, rodeados de naranjos  y otras plantas que no pudimos reconocer. Tras descansar un poco, pasamos a ver el Palacio del Marqués de Salvatierra desde fuera, donde observamos la fachada rematada con un frontón quebrado que alberga figuras desnudas de clara influencia india. Bajamos un poco a ver un emblemático monumento, que es el arco de Felipe V. Y así poco a poco se fue acabando nuestro día en esta ciudad.  Por desgracia no pudimos ver la Antigua Plaza de Toros desde dentro y tampoco los baños árabes, pero así tenemos una excusa para poder regresar a esta bonita ciudad.
     A pesar de eso, estuvimos muy contentas por haber disfrutado de unos paisajes maravillosos bañados todo el día por el sol, por pasear por sus calles estrechas y por escuchar la música de Elvis, gracias a un hombre que estaba paseando por la ciudad y la ponía desde su radiocasete :)
Un viaje lleno de nuevas experiencias y nuevos recuerdos.